Felicitación de Navidad 2025
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
En el silencio sagrado de la Noche Santa, cuando la esperanza se hace carne en un pesebre humilde, elevamos nuestra mirada al cielo y al corazón, y damos gracias.
Gracias por un año que, aunque marcado por pruebas y desafíos, ha sido también un tiempo de gracia, de encuentro y de fidelidad.
Este 2025 ha sido un sendero de luces y sombras, de pasos firmes y otros temblorosos, pero siempre sostenidos por la paciencia del que confía, por la humildad del que sirve sin alardes, y por la paz que brota de saberse parte de algo más grande: una hermandad que late al compás del Evangelio y del amor fraterno.
Este año hemos despedido a familiares cuyas ausencias se sienten más hondas en estas fechas. Por ellos, por sus familias, por los que sufren en silencio, por los que esperan sin perder la fe, pedimos al Niño Dios que nazca también en sus heridas, que los abrace con su ternura infinita.
Agradecemos a cada uno de vosotros, hermanos y hermanas, por vuestra entrega callada, por vuestra presencia constante, por cada gesto de amor a esta cofradía. Porque en cada ensayo, en cada reunión, en cada oración compartida, se ha hecho visible el Reino que no hace ruido, pero transforma.
Que esta Navidad sea para todos un renacer interior. Que el Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia nos enseñe a aceptar con serenidad lo que no comprendemos, y que María Santísima de la Paz nos cubra con su manto de consuelo y esperanza.
Que el año que se acerca nos encuentre más unidos, más fuertes en la fe, más generosos en el amor. Que sigamos siendo testigos de la luz, sembradores de paz, y custodios de la humildad que engrandece.
Con profundo afecto y oración,
La Junta de Gobierno de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Paz